Verso #19
*LAS PALABRAS TRAZAN EL RUMBO DEL DESTINO*
La palabra hablada y escrita es la forma inteligente de la expresión del pensamiento humano, que en forma escrita combina símbolos, los cuales equivalen a la expresión idiomática *articulada por la lengua*. Las palabras le permiten a nuestra alma expresar sus ideas, directrices, ordenamientos, emociones e intenciones.
Dia a día, cada persona es dirigida de alguna forma por otras, que con el uso de las palabras *le influyen* por medio de la enseñanza, la consejería, disciplina, la orientación y en pensamientos de opinión y juicios. Por tanto, *una buena palabra* expresada en todos estos direccionamientos, generadas desde el interior de una alma sana, educada, amorosa, y humilde produce resultados extraordinarios y exitosos en otras vidas trayendo gozo y alegría. No así, cuando *la palabras del influyente* provienen de almas enfermas, llenas de odio, resentimiento, vanidad, venganza, orgullo y practicante de todo tipo de bajezas. El resultado del influenciado es muerte, tristeza y dolor.
Es por eso que las palabras tienen tanto poder en la vida del ser humano. Nosotros *somos lo que leemos, lo que escuchamos y lo que decimos. Nosotros somos el fruto de las palabras de otros, pero también el fruto de nuestras propias palabras*. Hoy día, vivimos en la revolución de las comunicaciones del internet por las redes sociales, que está llevando al mundo hacia el abismo por la influencia de las malas noticias, chismes y malos juicios *dirigidos por el padre de la mentira, el diablo*. La biblia nos enseña a cuidarnos de nuestras propias palabras y también a cuidarnos de las palabras de otros (Prov 4:23). Todos podemos ser influenciados por otros, pero también nosotros podemos influenciar a otros. Jesucristo nos invita a llenar nuestra alma de buenos pensamientos y buenas palabras (Juan 5:39), porque de la abundancia del corazón habla la boca (Mateo 12:34). *Amemos la buena palabra que expresa nuestra lengua para frutos de vida*, como dice Prov. 18:21: